Cómo te puedo ayudar
La psicología, (psico = actividad mental, logia = estudio), estudia la dimensión cognitiva, la afectiva y la conductual de la persona. Si hacemos referencia a la psicología deportiva, afecta a las mismas dimensiones pero de toda persona relacionada con la actividad física y el deporte, ya sea el deportista, entrenador o incluso directivos del club deportivo, los cuales pueden mejorar diversos aspectos relacionados con las tareas del club o equipo donde pertenecen.
Además, la psicología deportiva no es sólo exclusiva del alto rendimiento, también puede resultar muy útil en el deporte formativo y de base ya que puede aportar beneficios a cualquier edad y nivel, sólo dependerá de qué dimensión se quiere trabajar.
Cada persona vive y siente de manera individual, por lo tanto el trato suele ser completamente personalizado. Sin embargo, algunos de los aspectos más habituales que podemos trabajar y mejorar según si eres deportista, entrenador o directivo, serían los siguientes:
Deportistas
Para rendir al máximo nivel, un deportista debe tener en cuenta cuatro variables: su talento, el entrenamiento técnico-estratégico, el entrenamiento físico y el entrenamiento psicológico.
Por lo tanto, no entrenar el aspecto psicológico significa dejar el 25% del rendimiento a la naturaleza del propio deportista, a demás del porcentaje por la interrelació que tienen las 4 variables, considerando que la psicología puede estabilizar y ayuda en el aprendizaje de los otros 3.
Para trabajar el rendimiento, se debe evaluar la situación del deportista, saber qué necesita y organizar un plan de trabajo personalizado para indicir en aquellos aspectos más importante según deporte, posición o características propias.
Es un trabajo mucho más cuidadoso, por lo tanto disponemos de varias herramientas para recoger datos y poder realizar una evaluación continuada, además de dar más herramientas al deportista para poder trabajar individualmente durante su día a día.
La atención y la concentración son dos conceptos que habitualmente se confunden entre ellos, situación no muy extraña ya que están muy relacionados entre sí.
La atención es la manera en que el deportista interacciona con el entorno, su capacidad de focalizar los estímulos más importantes en cada situación. Puede ser interna o externa según la tarea a realizar y variar la amplitud según situación.
La concentración por otra parte, es la capacidad temporal de mantener la atención hacia este estímulo deseado. No despistarse o bajar la guardia cuando se está realizando una función.
Al estar relacionados, se suelenentrenar de manera conjunta, agilizando el cambio de foco de un estímulo a otro y variando los tiempos atencionales. Además, adaptar parte del entrenamiento a estos aspectos no sólo mejora el rendimiento de los deportistas en esta área, también ayuda a mejorar la toma de decisiones y mejorar la propia lectura del juego.
Todo deportista se puede encontrar con algunos partidos durante la temporada dónde la importancia del resultado es superior al resto, ya sea derbis, ex equipo o estar jugando una posición importante en ascenso o descenso. Además, también se puede dar la situación de encontrarse como protagonista en los últimos instantes del partido en una jugada decisiva.
Está claro que ante una situación como ésta, nuestra respuesta será diferente a la habitual, pero ¿siempre es así? en los entrenamientos también se pueden trabajar estas situaciones sin necesidad de modificar o dedicarle tiempo específico, sólo integrando ciertos inputs en los ejercicios, pero siempre teniendo en cuenta las características del / los jugador / es con quien se realizará y con la intensidad correcta .
Como en las otras situaciones, un entrenador puede intentar trabajar individualmente, pero la dificultad de mantener el control y estar pendiente de muchos otros factores hace que no le pueda dedicar el tiempo deseado, por eso la ayuda de un psicólogo deportivo puede resultar muy beneficiosa durante los entrenamientos.
Una lesión puede llegar a ser uno de los momentos más duros psicológicamente para todo deportista, por eso el acompañamiento de un psicólogo deportivo en esta situación puede resultar de gran ayuda, ya que también es uno de los momentos más vulnerables.
Esta situación puede afectar la autoestima del deportista i producir pensamientos cómo: “¿porque me ha pasado a mí?” “¿Tanto tiempo fuera afectará negativamente mi rendimiento”, “ya no seré lo que era” o incluso inducir al deportista a sentirse desplazado del grupo, ya que no poder seguir cumpliendo su rol, y aunque el equipo aún cuente con él para cuando se recupere, éste se encuentra solo en su situación.
Durante el período de recuperación hay dos problemas habituales según el tipo de deportista con el que se está trabajando, la precipitación en el momento de volver a competir, sin haber pasado por todas las fases necesarias y, por el otro lado, el miedo a competir y rendir al máximo nivel cuando ya se está recuperado para evitar una recaída.
La mejora de hábitos extradeportivos hace referencia a aquellos aspectos externos a la práctica deportiva, pero que, aún así, pueden influir en nuestro rendimiento. Para un deportista de alto rendimiento, las áreas más habituales suelen ser el descanso, la nutrición y encontrar la manera de compaginar la vida cotidiana con el entrenamiento diario.
Otro colectivo con el que se trabaja la mejora de hábitos extra deportivo es con los niños y jóvenes que aún compaginan los estudios con una actividad deportiva. Es importante saber llevar un buen control horario y dedicar el tiempo necesario a los estudios sin tener que limitar el deporte. A menudo los clubes quieren mantener un control del rendimiento académico de sus jugadores, pero no todos tienen las herramientas para ayudar a aquellos que no alcancen los objetivos deseados.
Si como club o deportista estás interesado en mejorar este aspecto o tienes cualquier duda, no dudes en contactar.
Entrenadores
La comunicación es un elemento principal tanto en el ámbito deportivo como tantos otros. De hecho, no importa tanto el conocimiento de la materia que tiene el formador, si no su capacidad de transmitir este conocimiento.
Y esto ocurre en todos niveles; los directivos deben dominar una buena comunicación con sus trabajadores para asegurarse de que pueden sentirse cómodos y confiados en la realización de sus tareas, los entrenadores también deben saber transmitir el mensaje deseado a sus jugadores, e incluso los jugadores deben tener un buen nivel de comunicación entre ellos, ya que todo equipo necesita de una buena red comunicativa para ir todos a una.
También hay que recordar la importancia de la comunicación no verbal que, según la mayoría de estudios, oscila entre el 50% y el 70% de lo que comunicamos. Dentro de la comunicación no verbal encontramos el lenguaje corporal, la postura, la gesticulación, la expresión facial o las características de la voz. Y a veces, debido a la emocionalidad del momento, un entrenador puede no tener controlado estos factores.
Además, no podemos olvidar el otro perfíl, el del receptor y su capacidad de escucha activa. De hecho, los principales problemas de comunicación que nos encontramos de manera general son: No saber transmitir el mensaje de la manera que queremos hacerlo, que el mensaje no llegue a los deportistas debido a la falta de atención o una mala interpretación del mensaje .
Por lo tanto, desde la psicología deportiva podemos ayudar a los clubes de varias maneras en relación a la comunicación:
- Mejorar las habilidades comunicativas para asegurarnos de que nuestra manera de transmitir sea positiva, clara y coherente.
- Estrategias para asegurarnos un discurso motivante para los deportistas y evitar así la pérdida de atención.
- Ayudar a un mayor autocontrol de la corporalidad
- Posibilidad de hacer de mediador en casos donde ya existe un conflicto, ya sea visible o latente.
Para cualquier duda o interés en el tema, no dudes en ponerte en contacto.
El uso de objetivos en el ámbito deportivo ayuda a focalizar la atención, mejora la motivación, la confianza y la concentración. A demás reduce el estrés o ansiedad y permite que todo transcurra con mejor fluidez durante entrenamientos y competiciones.
También facilita tanto el control externo por parte del entrenador / psicólogo como un mayor control interno por parte del deportista sobre la actividad a realizar.
La variedad en la elección de los objetivos es muy amplia y depende de diferentes factores. Por eso siempre es positivo tener la recomendación y rigurosidad de un profesional a la hora de establecer los objetivos, dirigiendo este a una mejora de rendimiento, de resultado o de realización y escogiendo el tipo de duración tanto en el colectivo de equipo como de manera individual para deportistas.
El liderazgo es uno de los aspectos más estudiados en la psicología social y deportiva, por lo tanto se dispone de una gran cantidad de estudios y herramientas para su evaluación, sobre todo si la queremos trabajar desde la posición del entrenador.
No existe la descripción del líder perfecto, depende del grupo, los objetivos deseados y de la personalidad de la persona implicada entre muchos otros factores. Es por ello que para trabajar y mejorar este aspecto es necesario una buena evaluación previa y un trabajo conciso y específico. Las áreas a conocer son: las cualidades del líder, características del grupo, los diferentes estilos de liderazgo posible y los factores situacionales del equipo.
Una vez realizado el análisis podremos saber dónde queremos llegar y cómo queremos llegar. Por tanto, se buscaría la mejora en la comunicación y aspectos conductuales del líder a fin de encontrar las mejores herramientas para llevar a cabo su función.
La motivación se puede definir como la dirección y la intensidad del propio esfuerzo (Sage, 1977). Considerando la dirección, aquella actividad a la que queremos dirigir esta motivación y la intensidad como cantidad de esfuerzo aplicado. Hay diferentes tipos de motivación pero lo que nos interesa es poder mejorarla y mantenerla estable en el tiempo.
El origen de la motivación viene determinado por la interacción entre los factores de personalidad del deportista y la situación en la que se encuentra éste. Por lo tanto el primer paso es analizar qué factores están limitando la motivación y cómo se pueden modificar para ayudar a fomentarla.
Una vez analizado el punto de partida se pueden poner en práctica una serie de pautas preparadas específicamente para este aspecto. Para realizar esta tarea sin duda es mejor contar con la figura del psicólogo ya que no sólo tiene la formación para hacerlo, también tiene la posibilidad de hacer un seguimiento mucho más detallado.
Clubs deportivos y Directivos
La identidad del club podría confundirse con los valores, pero éstos sólo forman una parte de esta identidad. Todo el mundo tiene en la cabeza uno o dos clubes que sabrían diferenciar del resto, ya sea por la metodología, por el tipo de jugadores que suele tener o por la manera de jugar.
Aunque no se acostumbra a trabajar la identidad y a menudo ni siquiera paramos a pensar cuál es la de nuestro club, por muy diluida que esté, tendrá. Es por ello que podemos incidir y trabajar una própia siguiendo una serie de pautas para hacerla a medida.
Este es uno de los temas con más repercusión en los últimos años. Son muchos los clubes que saben de la importancia en fomentar y trabajar con valores con el fin de educar a los jóvenes deportistas de manera más positiva.
Recordemos que el deporte en sí no lleva una serie de valores integrados, pero si es un gran potenciador, una herramienta perfecta para fomentarlos. Educar en valores o no a través del deporte siempre dependerá de los formadores y responsables del club (entrenadores y directivos). Por lo tanto, se debe ayudar a estas personas a tener unas pautas claras para ir en esta línea, sin condicionar su principal tarea.
Queda claro que trabajar priorizando la persona más que el deportista es vital, pero ¿qué valores se fomentarán desde el club? y ¿cómo se fomentarán? La voluntad de trabajar y educar con valores es muy importante pero, a veces, no es suficiente. Hace falta clarificar cuáles son y que haremos con tal de ayudar a los jóvenes del club para asimilar e integrar los valores deseados.
A veces los clubes tienen un número tan elevado de deportistas que trabajar los aspectos psicológicos con todos supondría mucho tiempo material y seguramente tener que repartir el trabajo con más de un profesional. Por ello, otra manera de trabajar estos aspectos psicológicos (trabajo en equipo, confianza, autocontrol…) sea a través de los mismos formadores / entrenadores.
Los formadores son los que pasan más tiempo con los jóvenes que realizan cualquier práctica deportiva y por tanto también son su máxima influencia, es por eso que he diseñado una serie de talleres para trabajar con grupos de entrenadores del club para que conozcan qué variables psicológicas pueden encontrarse y cómo trabajarlas o actuar ante determinadas situaciones, además de tener un apoyo directo con el propio psicólogo en caso de ser necesario, ya sea para trebajar sobre el terreno de juego con el equipo o con el si lo ve necesario.
En esta serie de talleres se trabaja: Motivación, autoconfianza, trabajo en equipo, cohesión, establecimiento de objetivos, nivel de activación, liderazgo además de una reunión previa de introducción donde se pone en común la situación de cada equipo, el formato en que se trabajará y qué aspectos a priorizar.
Estas formaciones, a pesar de estar preparadas para dar una continuidad a lo largo de la temporada, también existe la posibilidad de realizarlas de manera puntual o solo aquellas que el club considere adecuado.
En la formación de los jóvenes deportistas, el papel de los padres y/o tutores es tan importante como la de los formadores de los clubes deportivos. Son las personas más próximas y el principal apoyo de los deportistas. Por ello, mantener informados a los padres y trabajar con ellos es muy importante, ya que se debe evitar cualquier posible falta de coordinación entre los dos contextos más relevantes del joven.
En este sentido podemos hablar de la pirámide del aprendizaje, donde el deportista está situado en la punta superior y los formadores y familiares forman la base uno a cada lado. La comunicación entre el deportista con los otros dos protagonistas es evidente, pero la importancia recae en la comunicación y coordinación de la base para dar estabilidad a la formación y aprendizaje del jugador.
En este sentido, es el club quien decide qué puntos comunicar, cómo hacerlo y de qué manera facilitará el acceso a las familias para poder preguntar y aclarar cualquier duda o interés.
Aqui hay varias tareas a poder realizar por parte del psicólogo deportivo:
- Preparación y dirección de las reuniones dirigidas a los padres: cada club decide la cantidad que quiere hacer y qué aspectos interesa comentar.
- Acompañamiento con familias para casos particulares.
- Redacción de una normativa o código de conducta tanto para familias como para deportistas y trabajadores del club, siempre trabajando en consonancia con los valores del club
- Talleres dirigidos a los padres para trabajar posibles situaciones y ayudarles a tener más herramientas para contribuir en la formación de los jóvenes a través del deporte.
Está claro que siempre será mejor la labor formando parte de un staff técnico o trabajando dentro del club, ya que la principal herramienta del psicólogo es la observación y la obtención de información. Pero como figura externa también puede ser muy positiva para trabajar aspectos concretos durante un tiempo determinado.